Saber cuál debe ser el espesor mínimo de una solera de hormigón es muy importante, ya que tiene que ver directamente con la capacidad de carga de un pavimento.
Otros factores, en comparación con el espesor, como la calidad del material utilizado en la base, la resistencia a la compresión del concreto, así como la rigidez de la subrasante deben tomarse en cuenta.
Entre las muchas propiedades y características beneficiosas de los pavimentos de hormigón, una que sobre sale es su buen comportamiento ante las condiciones más desfavorables del clima. Además de su gran resistencia y durabilidad.
Por lo tanto, podemos clasificarlo en:
Este tipo de hormigón para losa de piso es muy popular gracias a la variedad de acabados posibles y a su gran adaptación a diferentes condiciones atmosféricas.
Su acabado en bajorrelieve, con colores y gran dureza sobre su superficie terminada lo hacen ideal como piso ornamental.
Dado que puede integrarse en estructuras delgadas y gruesas, esta flexibilidad las hace ideal para completar el diseño de muchas estructuras. El hormigon estampado deberá ser hecho por profesionales que sepan manejar su proceso de estampado.
Es un pavimento muy cotizado, ya que puede verse con mucha frecuencia en entradas, garajes, parques, escuelas, jardines, bulevares, aparcamientos, centros comerciales, paseos, etc.
También se distinguen por su gran belleza, bajo mantenimiento, resistencia a la intemperie, bajo desgaste y durabilidad.
Las características de un piso industrial incluyen resistencia e impermeabilidad; además, estos pavimentos deben soportar mucho tráfico.
Asimismo, muchas empresas utilizan maquinaria pesada, productos químicos y sustancias altamente corrosivas. Por lo tanto, los suelos industriales deben resistir estas condiciones.
Las propiedades de la losa de hormigón aseguran un correcto funcionamiento, evitan accidentes y facilitan la integración como elemento estético en cualquier diseño.
El tipo de hormigón ideal para este tipo de pisos sería el hormigón pulido, ya que ofrece resistencia, impermeabilidad, refracta la luz (ahorrando energía), su superficie no acumula polvo ni
suciedad; por lo que requiere de poco mantenimiento. Además, sobre él se pueden mover fácilmente las cargas pesadas.
Con este tipo de losa de hormigón se obtienen resultados interesantes, funcionales y resistentes.
También llamado hormigón fratasado, este comparte características similares a su variante, el hormigón impreso.
Este producto es adecuado tanto para interiores como para exteriores y se puede utilizar en superficies verticales y horizontales (suelos y paredes).
Dependiendo del tamaño de la obra, el hormigón pulido requiere hormigoneras, ya sea industriales o una mezcladora de cemento estacionaria.
En general, como lo explicamos en el punto anterior, estos se aplican en los pabellones industriales, garajes, centros comerciales, almacenes, lofts y más.
Debido al tratamiento sobre su superficie, este tiene un aspecto retro, como de un mármol brillante, pues su superficie acabada queda con efecto espejo.
Para su realización se vierte una capa de al menos 10 cm de espesor, lo que implica también juntas de dilatación cada 4,5 m².
Se utiliza para evitar uniones y lograr una estructura monolítica en una sola pieza. Y además de todos los beneficios de este material, también se utiliza por su comodidad en su ejecución, ya que con él se puede lograr fácilmente el perfil deseado.
Actualmente, todos en casa tenemos la opción de disponer de una hormigonera, ya sea eléctrica o portátil para llevar a cabo nuestros propios proyectos.
Las soleras son trabajos sencillos que requieren una mezcla homogénea y, dependiendo de su aplicación, puede servir para construir el piso en su jardín, piscinas, patios, estacionamiento, garajes, etc.
Se pueden utilizar técnicas probadas para producir losas de concreto con un acabado fino, en bajorrelieve, brillante o mate y que tengan las mismas propiedades de resistencia.
Aunque existen muchos tipos de hormigón para suelos, hemos resumido tan solo algunas para que las tenga presente su aplicación en espacios interiores y exteriores.
La tolerancia de la base es crítica para determinar el espesor mínimo adecuado.
Es decir, al momento de determinar el espesor de la losa apoyada sobre el terreno, se debe considerar las condiciones de apoyo. Este este debe estar nivelado, firme y bien compactado.
Ahora bien, una losa de hormigón debe tener como mínimo un espesor de 10 cm. Cómo hemos dicho esto varía dependiendo de factores como el tránsito, la carga que soportará su piso, las dimensiones de la losa, etc.
Sin embargo, se recomienda que el espesor no tenga menos de 10 a 13 cm de espesor y que la longitud de las losas no sea mayor a 25 veces el espesor ni mayor a 1,3 veces el ancho de esta.
Si tenemos un pavimento con más de 30 cm de espesor, ya sabemos que el proceso de ejecución es mucho más complejo, por lo que será necesario prestar más atención durante el vaciado y vibrado del hormigón.
Asimismo, la colocación de las juntas será necesario debido a los grandes volúmenes de concreto involucrados al tener dicho espesor.
Cómo hemos dicho anteriormente, el espesor recomendado de losas de hormigón apoyadas sobre el terreno es de 10 a 13 cm. Es decir, este grosor está sujeto y dependerá del uso final de su enlosado.
El grosor mínimo en albercas, por ejemplo, será de 10 cm. En callejuelas de 10 cm. En los estacionamientos de coches, el espesor mínimo será de 15 cm.
Al realizar el diseño se determina el espesor de la losa del pavimento. El mismo se ve afectado por varias variables que intervienen en el cálculo.
El piso es sensible a la presencia de cargas no contempladas en el diseño. Por lo tanto, uno o dos centímetros podrían protegernos con relación a sobrecargas no estipuladas en el diseño original y esto podría duplicar la vida útil de su losa de hormigón.
Es decir, el espesor para una losa de hormigón se conseguirá en función de lo siguiente:
Otros dos factores para tomar en cuenta al determinar el espesor de las losas de concreto son la presencia de dovelas (pasadores de carga) en las juntas transversales y las bermas, bordillos o los andenes (los confinamientos laterales del pavimento).