Las fisuras en el hormigón aparecen en la superficie con aspecto de rotura en ambas direcciones. Es decir, se trata de una abertura incontrolada que podría afectar casi la totalidad del espesor del muro, losa, columna, viga o cualquier otro elemento estructural.
Podría aparecer una grieta o fisura en la superficie del hormigón si existen tensiones superiores a su capacidad de resistencia.
Hay que tener en cuenta que cuando la fisura atraviesa el espesor de lado a lado a un elemento estructural, se convertirá en una grieta. En este punto debemos establecer qué es una fisuración del hormigón.
O sea, las fisuras son las aberturas que también se forman de forma incontrolada, pero afecta solamente la superficie del elemento sin cruzarlo de lado a lado.
Es decir, ocurren en cambios en la longitud de algunas superficies del concreto con respecto a las otras, producto de las tensiones que desarrolla el material por cambios de temperatura en las piezas de hormigón cuyos movimientos de contracción se evitan mediante la incrustación o empotramiento. Esto produce tensión de tracción y el hormigón no puede absorber este esfuerzo.
Asimismo, estas también pueden ocurrir debido a tensiones hidráulicas o debido a la rigidez que, por lo regular, se manifiesta en las superficies libres.
Las fisuras no implican riesgos estructurales y deben estudiarse caso por caso, ya que se consideran anómalas.
Una grieta menor de 2mm no suele ser peligrosa, a menos que esta sea generalizada. En todo caso es mejor pedir una evaluación. Sobre todo, si el acero está expuesto.
Como se mencionó anteriormente, las grietas en el hormigón pueden ser peligrosas, ya que son creadas por compresión. Por lo tanto, las grietas paralelas a la trayectoria de la tensión son extremadamente peligrosas.
Específicamente en las columnas, ya que "tienden a no informar" cuando fallarán. Estas fallas estructurales se dan cuando se produce un agotamiento en la capacidad de carga del material, lo que hace mucho más impredecible un colapso, ocurriendo de manera inesperada.
A veces, el agrietamiento puede ser una consecuencia de causas combinadas. En otras palabras, no tienen un origen único.
Algunos de los factores que causan fisuras o grietas sobre la superficie del hormigón son los siguientes:
Las fisuras a menudo ocurren debido a fallas de diseño con secciones de concreto pobres y/o armaduras deficientes. Su reparación requiere de un trabajo que incluye recalcular la estructura dañada y reforzarla.
Frecuente en losas de bajo espesor debido al rápido secado de la superficie por la acción del sol sobre la masa de concreto. También se debe a otros factores como el viento, la humedad relativa o la combinación de ambos. Estas fisuras se ven sinuosas, aleatorias y van en cualquier dirección.
Es común ver este tipo de fisuras en losas de hormigón (pisos), entrepisos, techos, etc.
Sucede en elementos estructurales cuyos movimientos de retracción están limitados por su empotramiento.
En el caso de pisos o aceras, debido a su adhesión al suelo, si las juntas de contracción no están hechas con separaciones adecuadas, aparecen fisuras en soleras de hormigón espontáneamente, a intervalos regulares, en la dirección a la marcha de conducción y tienen un espesor regular.
Estas grietas son inducidas por productos de expansión de la reacción álcali-sílice que destruyen rápidamente la estructura.
Sin embargo, hay grietas que se forman más lentamente, como el ataque de sulfato, la oxidación en el refuerzo de acero. También por el efecto de congelación y descongelación.
Cargas por servicio: el tiempo que tarda en aparecer dependerá del uso de la estructura. Estas se pueden ser por flexión, momentos cortantes, por torsión, entre otros. Dependiendo del uso de la estructura.
La reparación de fisuras en el hormigón puede ser superficial (cosmética) o puede requerir del reemplazo de toda o parte de la estructura. Las técnicas de reparación correspondiente podrían ser:
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