Al hormigón tradicional, ese mismo que ves con aspecto gris en las construcciones, se le ha sacado provecho durante los últimos 30 años.
Así es, a pesar de que se ve resistente, su aspecto no es muy llamativo porque enseguida pensamos en el polvo y la suciedad que puede acarrear sus superficie.
Sin embargo, a través de técnicas modernas podemos convertir ese hormigón aburrido, frío y polvoriento en una obra de arte con mucho color y estilo.
Al instante de emplear el hormigón para edificar son múltiples las soluciones que tenemos a nuestro alcance. Una de ellas es el hormigón impreso Valladolid, que ha ganado fama por sus geniales posibilidades, utilidad y estética.
Esta es una fantástica solución para pavimentar pisos en el interior o exterior de su casa o negocio, ya que es resistente al desgaste y a los cambios bruscos de temperatura (heladas o deshielo).
Asimismo, es un piso de hormigón al que se le aplica un tratamiento especial sobre su superficie, a través del estampado.
Es decir, utilizando moldes (por lo general, de neopreno) damos color y textura a la superficie fresca, evitando el polvo que suele dejar este importante elemento de construcción.
Como hemos dicho al iniciar este artículo, el hormigón impreso Valladolid se conoce desde hace más de treinta años.
Sin embargo, su popularidad aumenta en nuestros días gracias a su gran gama de colores y texturas.
Es decir, aprovechamos la resistencia del hormigón bruto para crear pavimentos ornamentales, resistentes, vistosos y duraderos sin tener que soportar polvo o lo rustico del hormigón tradicional.
Esto se debe a que la superficie del hormigon impreso en Valladolid queda impermeable, aguantando el ataque de ácidos y manchas de grasa y aceite.
Además de esto, puede usarse en áreas muy castigadas por el tránsito, como es el caso de las aceras, los parques, rampas, ferias, etcétera.
A estas fabulosas características del hormigón, debemos sumarle que luego de aplicada la técnica su mantenimiento es prácticamente nulo.
Estas ventajas hacen que triunfe sobre el hormigón tradicional para pavimentar (aquel gris, polvoriento y aburrido).
Por otro lado, gracias a que se trata de un pavimento continuo. Es decir, es una placa apoyada sobre el terreno con la superficie pigmentada y con un bajorrelieve.
El mismo es grabado mientras se encuentra en estado plástico. Esto quiere decir "fresco", así aprovechamos el hecho de que no tiene propiedades de resistencia, por lo que podemos grabar fácilmente el diseño de su preferencia a través de moldes de neopreno que simulan las piezas y texturas, por ejemplo, de otros materiales utilizados para pavimentar (adoquines, madera, pizarra, piedra, baldosas, etc.).
El estampado del hormigón impreso puede imitar, piedra, cerámicas, pizarra, madera, o bien otras superficies. Además, gracias a su bajo relieve le confiere características antideslizante, asimismo da geniales resultados en áreas de circulación peatonal próximas a las piscinas o pasillos en centros comerciales.
El éxito de este pavimento es su capa superficial dura, resistente y coloreada que obtenemos al tratar su superficie con esta técnica.
Las ventajas que podrías conseguir son muchas:
En muchas ocasiones hemos explicado sobre la importancia que tiene la base de apoyo de su piso. Esta interviene directamente en el comportamiento y durabilidad de su piso de hormigón.
Por lo tanto, al trabajar en la preparación del terreno, debemos alcanzar el 100% de compactación Proctor. Es decir, la superficie del terreno debe quedar perfectamente nivelada y compactada.
Además, es de vital importancia antes de vaciar el hormigón humedecer el terreno con agua para que luego este no absorba el agua de la mezcla de hormigón a través de la evaporación mientras se está curando.
La resina que utilizamos sobre la superficie de hormigón es una que penetra dentro de los poros del hormigon, sellando la superficie y formando una capa resistente y duradera. Además, esta resina mejora la resistencia a la abrasión.
Haremos una mezcla de concreto con las propiedades y características del hormigón tradicional, según las indicaciones del artículo 69 de la Instrucción Española del Hormigón Estructural o la norma que la sustituya.
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