El hormigón está en continua innovación y el hormigón ligero es una aportación novedosa a la construcción en la clasificación de hormigones especiales.
Estructuralmente hablando, se define como hormigón ligero a aquel cuya resistencia a compresión no es menor a 15 o 20 N/mm2 a 28 días. Su resistencia máxima depende del diseño de la mezcla y el tipo de árido ligero utilizado. Su densidad no deberá exceder los 1.800 kg/m3.
Este hormigón es, por tanto, un hormigón de estructura cerrada que en su mezcla contiene cierta proporción de árido ligero (artificiales o naturales), cuya densidad medida en condición seca, con peso constante inferior a los 2000kg/m3, superior a 1200kg/m3 y con una resistencia mínima de 15MPa. La resistencia máxima estructural del hormigón ligero se limita a 50Mpa.
Es decir, consideramos un hormigón ligero cuando su densidad es de 2,0 kg/dm3 o inferior. Este tipo de hormigón se aplica cuando se requiere aligerar el peso de una estructura. Además, su baja conductividad térmica lo hace ideal como aislante.
Este es un hormigón muy interesante, a continuación, te explicaremos cómo logramos obtener sus propiedades.
Entre sus características más frecuentes se valoran su densidad, resistencia, consistencia y tamaño máximo.
Este tipo de hormigón está formado por áridos de pequeña densidad. Obtenemos un hormigón ligero cuando alteramos las propiedades de este.
Es decir, no solo reducimos su peso, sino que, dependiendo de su función, debemos cumplir con ciertos criterios.
Con este método conseguimos hormigones de baja densidad con áridos tradicionales ligeros, pero hacemos sustituimos por aire el espacio que ocupa la arena. Entonces quedaría un hormigón de tipo poroso con una gran cantidad de huecos.
Estos áridos ligeros deben tener resistencia mecánica y su granulometría debe ser continua. Es decir, teniendo en cuenta el alto coeficiente de absorción que tienen los áridos, los áridos empleados en este tipo de hormigón pueden ser naturales o artificiales. Tamaño de sus áridos entre 10 a 20 mm.
Áridos naturales no elaborados: travertinos, lapilli, puzolanas, escorias, diatomitas, tobas volcánicas, conchas machacadas, Piedra pómez.
Áridos naturales elaborados: vidrio expandido, vermiculita, esquisto expandido, esquistos sinterizados, arcilla sinterizada; diatomita expandida, arcilla expandida, perlita expandida, pizarra expandida, obsidiana expandida.
Lo áridos naturales no se utilizan mucho, debido a su calidad variable. Sin embargo, los áridos artificiales nos permiten alcanzar densidades de entre 1,2 y 1,8 kg/dm3; y resistencia de hasta 20 y 80 N/dm3.
Obtenemos mejores resistencias cuando utilizamos una relación agua/cemento de unos 0,40 y 0,45. Entre los áridos artificiales, industriales no elaborados: cenizas volantes, escoria de alto horno. Entre los industriales elaborados: espuma de escoria, escoria expandida, cenizas expandidas, cenizas sinterizadas.
Por otro lado, para conseguir un hormigón ligero necesitamos aplicar una energía superior de compactación a la que aplicamos en hormigones tradicionales. La compactación de este hormigón es algo que debe hacerse con sumo cuidado, sobre todo, en la reducción de la distancia entre puntos de inmersión del vibrador, ya que es diferente a la que se adopta en hormigones normales.
Asimismo, recuerde que algunos áridos ligeros tienden a flotar, lo que hace que deban tomarse mayores precauciones, como emplear vibradores de superficie o rodillos que Incorporen los áridos en el interior de la mezcla.
Otra solución sería emplear un hormigón ligero autocompactante, pero este está limitado por los valores mínimos de densidad que se obtienen, así como su característica escurridiza. En fin, debemos evitar el vibrado excesivo para minimizar la segregación y la subida de áridos a la superficie.
Hay dos clases de hormigón celular: los espumados y los gaseados. Los hormigones espumados se parecen un poco al hormigón gaseado, pero difieren en los huecos producidos a través de una sustancia espumosa.
Esta produce burbujas de aire dentro de la masa de hormigón. Los hormigones gaseados se obtienen al formar el mortero con agua, cemento, arena y un producto especial que produzca burbujas de gas en su interior.
Es decir, el producto especial reacciona con el cemento, deprendiéndose el gas que se incorpora a la masa formando pequeñas burbujas estables y uniformes.
Su aplicación puede ejecutarse mediante cubilote o con vertido. Todo dependerá de los requerimientos de la obra y el acceso a los puntos de vertido.
Sus aplicaciones están basadas en cuatro características principales: